Un pequeño futbolista larroudense
que se ha fijado la meta de llegar
al fútbol profesional.
Una meta que persigue sin prisas,
pero sin pausas.
Tranquilo, seguro de si mismo,
consciente de que el camino
está plagado de dificultades,
que no todas son rosas y,
que aún así, éstas tienen espinas,
Guido enfrenta la vida
con la cabeza atenta,
el corazón tibio de sueños,
y sus pies firmes sobre la tierra.
Con sólo 13 años, Guido Sacra, un larroudense que actualmente integra como enganche la plantilla de sexta división (categoría 97) del Deportivo Mc Allister, parece estar llamado a alcanzar la cima en la difícil carrera de futbolista profesional. Confiesa que le gustaría, pero aclara que “es difícil”.
A la hora de hacer un racconto de su corta vida, pero no por eso menos llena de sucesos, recuerda que comenzó jugando al fútbol –de manera organizada- a los cinco años cuando un grupo de padres entre los cuales se encontraba el suyo les enseñaban los rudimentos del deportes en la hoy inactiva “canchita de Talone” disputando varios encuentros de carácter amistoso.
El primer Club en el que jugó oficialmente fue el Alvear Foot Ball, de la vecina localidad, a los seis años de edad, con quien participó en los torneos oficiales que organiza la Liga Pampeana de Fútbol.
Cuenta que cuando tenía sólo 7 años se le despertó el deseo de conocer el Deportivo Mc Allister. Dice que un primo suyo que vivía en Santa Rosa le había contado que en esa ciudad había un jugador de fútbol profesional, que jugaba en Buenos Aires y tenía allí una escuelita de fútbol cosa que no terminaba de creer. Hasta que su padre lo llevó a conocerla. Desde ese entonces, tal vez en el subconsciente, siempre pensó que algún día pisaría esas canchas como un jugador más.
Pero primero pasó por Ferro de Pico. Un dirigente de ese club, por intermedio de amigos, le hizo llegar una invitación para disputar un torneo Cebollitas con esa institución. Fue a jugar ese torneo solamente, pero se quedó cuatro años.
Guarda de esa institución el más grato de los recuerdos. Dice que allí aprendió mucho de lo que sabe, sobre todo la técnica. Y es un agradecido a lo que por él hicieron los técnicos Facundo Taverna y Dante Ponce.
Cuando tenía sólo 11 años tuvo la oportunidad de sumarse al Mc Allister. Primero, viajaba los viernes semana por media. Hasta que finalmente tuvo que tomar una decisión. Y seguro de lo que quería y del apoyo de sus padres, no vaciló. Desde hace dos años juega en ese equipo y vive con su madre en esa ciudad.
“Es una etapa difícil” reconoce con seriedad “no tanto por lo futbolístico pues a mis compañeros ya los conocía pero si fuera del Mc Allister, yo no estaba acostumbrado a vivir en una ciudad, es difícil para adaptarse. Pero sobre todo, lo más difícil fue la nueva escuela, muy exigente, con mucha tarea para la casa”.
Escuchándolo, uno podría pensar en magros resultados escolares. Sin embargo, el año pasado se eximió en todas las materias. Y, por lo que se puede ver, este año también va bien encaminado.
En la futbolístico, las opiniones de quienes lo han visto jugar es que “tiene condiciones, es de los que marcan la diferencia, seguro que va a llegar”.
Guido señala que en Mc Allister se pone mayor énfasis en lo táctico pero, sobre todo, un mayor nivel de exigencia en lo físico y que tiene como profesor a Raúl Correa.
Este chico larroudense, serio, educado, estudioso y buen futbolista, que cuenta con el apoyo irrestricto de sus padres, puede o no, ser una estrella del fútbol el día de mañana. Buena persona ya es. Condiciones tiene. Llegue o no, una cosa es segura. Será un hombre de bien.
Por lo pronto, en el derrotero futbolístico tiene un próximo escalón. Es inminente que viaje a la ciudad de La Plata. Allí, el Club Gimnasia y Esgrima está dispuesto a probarlo y hacerle un lugar en su plantilla.
Le deseamos suerte.