Ayer lunes, mientras que en nuestro pueblo sepultaban los restos de María José Vota y su suegra, en
En algún momento de la jornada, la nena, que parecía era la que mejor evolucionaba, sufrió una descompensación de la que felizmente fue sacada por los médicos actuantes, estabilizándose luego.
Francisco, por su parte el más grave, sigue necesitando imperiosamente ser trasladado a un centro de Alta Complejidad en Buenos Aires. Sin embargo un viaje en avión resulta imposible por lo que los médicos trabajan en procura de lograr estabilizarlo.
Ayer los facultativos que lo tratan efectuaron interconsultas con especialistas en la materia y, ya sobre el cierre de esta edición, habían logrado el concurso de un neurocirujano infantil quien analizó como factible la posibilidad de colocarle un cateter para descomprimir el cerebro, principal problema que lo afecta.
La sola posibilidad de que pueda practicársele esa intervención representa, según fuentes cercanas a la familia, una luz de esperanza. Sólo queda rezar para que se produzca el milagro.
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