Amigos en común me interesaron en conocer a este músico cordobés de 51 años, casado, dos hijos, con dos títulos universitarios que nada tienen que ver con la música y que lo habilitan para profesiones que en ambos casos ejerce, y que me resultó un personaje con indudable oficio de showman y cualidades evidentes para la interpretación musical que una vez por mes tiene permiso para “sacarse el gusto” y hacer lo que realmente ama: cantar.
Contactado por amigos que supo conseguir desde que aquellos vivían en Córdoba, llegó el sábado a nuestra localidad para ofrecer su show a los 80 comensales que se dieron cita en “El Gran Chaparral” el coqueto emprendimiento gastronómico de Jorge Peralta y familia.
Agradable, cordial, con “don de gentes” y un simpático pero muy leve acento cordobés, no tuvo inconvenientes en acceder a la requisitoria periodística. Allí nos refirió que “desde que tenía nueve años que estamos cantando y tocando la trompeta aunque a este instrumento lo dejé de tocar a los 27 años hasta que lo retomé a los
Recordó a su pueblo, Ordóñez, “al sur de Bell Ville” donde cuando tenía 9 años su padre lo interesó en integrar una banda infantil que se formaba “allí aprendí a tocar la trompeta… luego me mandaron a aprender guitarra y canto”.
“Así descubrí que para mi la música era una necesidad, una necesidad de vida… aunque hoy no vivo de la música que, no obstante, me permitió obtener mi primer título en
Suppia detectó el gesto de extrañeza del cronista y se apresura a aclarar “si, mi primer título universitario es ingeniero químico por que después de casarme en el 86 hice farmacia y me recibí de licenciado en farmacia” aclaró.
“Ejerzo ambas profesiones. Como ingeniero químico me especialicé en el proceso de pintura de automóviles, y estuve trabajando con SEVEL y luego pasé a otra empresa siempre dentro de esa área. Luego cuando me recibí de farmacéutico puse una pequeña farmacia, así que hago las dos cosas. Me queda poco tiempo para la música, no más de una hora y media por las noches en mi casa” explicó.
“Salir a hacer estos show es un hobby, algo así como la sal de la vida. Si yo volviera a Córdoba 40 años atrás, me dedicaría exclusivamente a la música que es lo que realmente me gustó toda mi vida aún cuando no la necesité para vivir” dice, no obstante lo cual aclara que nunca persiguió el triunfo o la fama en lo artístico “Nada de Talento Argentino u oportunidades similares. Siempre tuve claro que el centro de mi vida era ser profesional y disfrutar de mi familia. Este es un hobby que me llena completamente, que tiene sus sacrificios pero lo hago con mucho gusto, pero viajo poco, una vez por mes o cada dos meses. No más, es lo más que me permiten alejarme de casa para cumplir con este tipo de compromisos”.
Luis Suppia en escena es igual que en su vida, tranquilo, cuidado, mesurado. Por sobre todas las cosas prolijo y respetuoso de lo que hace y del público. Se preocupa en vestirse elegante y adecuadamente para cada presentación. Entona melodiosa y afinadamente desde un tango de los clásicos hasta una de las baladas populares de Cacho Castaña. “Hago todo tipo de música, tango, balada, rock, valses, milongas. Y ahora estoy tratando de incorporar a mi repertorio algunos blues” acotó.
Canta acompañado por pistas musicales que trae grabadas en su computadora que opera su hija que lo acompaña y, en conjunto, ofrece un espectáculo agradable que hizo una noche diferente en “El Gran Chaparral”.
1 comentarios:
Muy bien la cena del sabado Peralta
tambien lo quiero felicitar x el espectaculo brindado.Buenisimo
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