Dos desconocidos, a cara tapada y con medias en las manos, atacaron, tomaron de rehén y torturaron psicológicamente a un productor agropecuario que los delincuentes suponían estaba en posesión de una importante suma de dinero. El hecho ocurrió hoy miércoles, en horas del mediodía, en un predio rural cercano a la vecina localidad de Sarah.
Bernardo Larroudé (C).- Como lo hace habitualmente, el miércoles aproximadamente a las 11,45, Miguel Antonio, de 74 años de edad, caracterizado vecino de la localidad de Sarah, llegó hasta su explotación agropecuaria, un campo situado 5000 metros hacia el sur de la ruta 188. Como de costumbre, viajaba sólo.
Una vez en el predio rural, al bajarse para abrir una tranquera fue abordado por dos hombres desconocidos, a cara tapada y con medias en las manos quienes a pesar de no exhibir armas lograron intimidarlo y reducirlo, exigiéndole la entrega de cierta suma de dinero que suponían debían encontrarse en su poder.
La tortura
Antonio negó, una y otra vez poseer ese dinero, entregó los 60 pesos que llevaba encima pero los malvivientes, no convencidos, siguieron insistiendo. Lo ataron, lo amordazaron y encerraron en una de las habitaciones del inmueble existente en el lugar. Permanentemente le advertían que irían hasta su vivienda en el pueblo para buscar ese dinero que, aseguraban, sabían que tenía. Reiteradamente lo amenazaban con tirarlo al aljibe si no facilitaba sus pretensiones.
Finalmente, y ante la insistencia de la víctima de que el dinero se encontraba en el banco, lo sacaron al patio, le quitaron la gorra, una camisa y las llaves de su camioneta, una Toyota modelo 2004. Dejándolo atado, partieron en el rodado.
Había transcurrido casi una hora de tortura sicológica y malos tratos pero Antonio, afortunadamente, se encontraba sin un rasguño. Como pudo se desató y caminando acudió en busca de auxilio a la Estancia La Pampeana. Desde allí se comunicó telefónicamente con la policía. Eran las 13,10.
La Policía
El Comisario Marcelo Vidoret solicitó inmediatamente un operativo cerrojo en todas las rutas limítrofes y la presencia de peritos de la División Criminalística. En ambos casos, los esfuerzos fueron infructuosos. El “trabajo” parecía haber sido hecho por profesionales.
Siguiendo el probable derrotero del rodado, los investigadores pudieron constatar que el vehículo fue visto en Sarah, casi a la misma hora que Antonio llegó a La Pampeana. Los testigos coinciden en señalar que a su bordo se trasladaban dos hombres y que uno de ellos vestía la gorra y la camisa de la víctima. Dicen que recorrieron la pequeña localidad, al parecer, tratando de ubicar la vivienda de Antonio donde en esos momentos se encontraba solamente su esposa. Posteriormente, sin haber logrado su propósito el vehículo tomó rumbo al norte. En esa dirección, diversos caminos vecinales le posibilitan trasponer el límite interprovincial con Córdoba, distante a muy poco más de 3.000 metros.
El propio Jefe de la Unidad Regional, Comisario Marcelo Caimari se constituyó en el Destacamento Sarah. Si bien los funcionarios policiales consultados se muestran remisos a hablar del tema, resultó evidente que no eran muy optimistas en cuanto a las posibilidades de esclarecer el hecho.
Las mayores esperanzas están cifradas en localizar la camioneta en cuya búsqueda se encuentran abocados no sólo los efectivos policiales de La Pampa sinó también de San Luis, Córdoba y Buenos Aires.
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