Era una noche de diversión, pero… OTRA VEZ LA VIOLENCIA JUVENIL ESTUVO PRESENTE

Parece mentira, pero tal parece que entre los jóvenes no se puede “tener la fiesta en paz” como decían nuestros abuelos.
Contradictoria, negativa, casi podríamos decir peligrosa tendencia, diría yo. De tanto repetirse podemos llegar a creer que esa violencia es normal. Y que terminemos acostumbrándonos a ella, a minimizar sus consecuencias, a desestimar sus peligros… a convivir con la involución.
Madrugada del domingo. El “boliche” (antes le llamábamos “reunión bailable” eso de “boliche” me lleva a imaginarme otra cosa) funcionaba en el salón del Larroudé Foot Ball Club. Avanzada la hora –por ahora imprecisa, ante la falta de información oficial- un joven comenzó a protagonizar desmanes resistiéndose, incluso, a la intervención policial.
¿Enojado? ¿Evalentonado? ¿Alcoholizado? ¿Estimulado? ¿Fumado?...
Los forcejeos entre el joven y los guardianes del orden motivaron que otros se sumaran al descontrol y todo terminó con la rotura del vidrio de la puerta de acceso… felizmente, nadie salió lastimado.
¿En que piensan los jóvenes que necesitan del alcohol para poder divertirse? ¿Desde cuando la violencia es diversión?
No tengo las respuestas.