El sábado el intendente municipal Néstor Hugo Tribolo debió contratar operarios y abocarse personalmente para rehabilitar los servicios sanitarios del edificio donde dicta sus clases el Instituto Secundario logró a última hora de ese día. Los baños, tal lo previsto, habían colapsado en sólo dos días de clases y no había agua. Todavía falta reparar los techos.
El viernes, miembros de
Desde que las autoridades educativas provinciales dispusieron que el edificio de desaparecida EGB –de reciente construcción- fuera utilizado para el dictado de clases a los alumnos que cursan el ciclo secundario, se patentizó la preocupación de los padres por el estado de deterioro del inmueble.
En la reciente visita que funcionarios provinciales realizaron comprobaron “in situ” esas falencias prometieron remitir a la brevedad las partidas correspondientes para encarar las reparaciones correspondientes.
Pero llegó el comienzo de clases pero no el dinero. Y lo previsible ocurrió. En sólo dos días los servicios sanitarios quedaron inutilizables. No salía agua de las canilla, las cañerías de desagote de los inodoros se taparon, las cámaras séptimas rebalsaron y el pozo ciego derrumbado obstruyó el normal drenaje del agua.
La suposición generalizada es que hoy lunes no podrían dictarse las clases. Pero la personal intervención del mandatario comunal que personalmente dirigió los trabajos con personal contratado al efecto permitió limpiar los tanques de agua, destapar las cañerías, desagotar las cámaras sépticas y reparar los pozos ciegos por lo que hoy las clases se dictaron normalmente.
Sólo resta reparar las filtraciones de los techos antes de que llueva.
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